Un poco de historia

En el albor de los tiempos, en cuevas adornadas con pinturas rupestres que ilustraban la cacería del verano, se podían escuchar dos instrumentos, uno percusivo y la voz de algún cantante.


Es más, hay teorías que cuentan que el hombre canto antes de hablar.

No se sabe a ciencia cierta en que momento el ser humano empezó a darle forma a la expresión melódica de su voz, pero lo que si sabemos es que el aparato fonador no ha evolucionado mucho desde ese entonces.

El canto ha sido usado en la edad media como medio de expresión y hasta informativo, por medio de los trovadores que contaban historias.
Alrededor de 1600 nace empezamos a ver los primeros momentos de la opera. En ese lapso de tiempo es en donde se empieza a estudiar una técnica de proyección para poder ser escuchados por encima de una orquesta. De afinación para poder llegar alto en las notas y ganar expresividad en una obra. De respiración para poder cantar largas frases.

Por otro lado en las calles los bardos y trovadores usaban una forma diferente de cantar. Menos técnica y mas expresiva. Donde quizás no importaba llegar a notas altísimas, o cantar frases largas llenas de virtuosismos. Si no que se buscaba captar la atención del pueblo contando alguna historia (Robin Hood, y el Rey Arturo eran personajes comunes en estas) o contar las proezas reales de sus clanes o reyes; y poder obtener algunas monedas del publico que los escuchaba.

Podemos decir que desde esa época hay una línea marcada entre lo “popular” y lo “clásico”, que empezó a dibujarse en la edad media y se sigue escribiendo hasta el día de hoy.

Este pequeño y humilde repaso histórico es solo para ilustrar un poco mas el problema que tenemos los profesores de canto al salir del conservatorio. Hay veces que nos vemos entre la espada y la pared al escuchar, por ejemplo, a una piba que le gustaría cantar como Shakira. Para los que priman la técnica adquirida en un conservatorio escuchar a este tipo de cantantes es un martirio. Para los que en su vida escucharon opera es un embole bancarse una Monserrat Cabalé.

Con esto no estoy despreciando a ninguno de los dos. Solo ilustro una conducta común en muchos músicos. Ya sean clásicos de conservatorio, metaleros a morir, cumbianchas jodones, punks anarquistas, marchosos punchi punchi…etc. Para casi todos hay algún estilo que aborrecen, los embola, no lo entienden o les parece una bola de ruidos.

Los profesores solemos caer, lamentablemente, en alguno de estos parámetros. Le decimos a la pobre fanatica de Shakira que canta mal y que no le podemos enseñar si no cambia su postura. Sin tratar de entender el contexto en el que esta envuelta la historia, desde los albores donde se canto en una plaza para el pueblo y en una iglesia para los entendidos

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